Phelps es desde los Juegos Olímpicos de Atenas en 2004 la gran estrella de la natación internacional y el año que viene en Pekín quiere superar una marca mítica: las siete medallas de oro de su compatriota Mark Spitz en Múnich'72.
Como todos los superatletas, vive de grandes retos y si en Montreal pagó en cierta forma el desgaste al que había sido sometido un año antes en la capital griega, este año no ha puesto el listón tan alto.
Los campeonatos de Melbourne son un hito más en el camino del nadador de Baltimore en la consecución de las siete medallas de oro en los Juegos de Pekín. La meta más importante de su carrera deportiva.
Phelps tiene previsto, en un principio, competir en Australia en los 100 libre; 100 y 200 mariposa; 200 y 400 estilos; y en el 4x200 libre. En Montreal 2005 fue oro en el 4x100 y 4x200 libre; 4x100 estilos; 200 estilos; y 200 libre; y una plata en 100 mariposa. Fracasó en su intento del 400 libre en las eliminatorias y fue séptimo en los 100 libre.
La competición del norteamericano estará en cierta forma ensombrecida por la del australiano Gran Hackett. Este es el ídolo de la afición local en un país en el que la natación es uno de los deportes con más seguidores.
Tras la retirada de Ian Thorpe, anunciada el pasado noviembre formalmente pero que de hecho se produjo tras los Juegos Olímpicos de Atenas, Hackett es el mejor nadador australiano.
Sumó una medalla menos en Montreal que Phelps, pero le ganó cuando se enfrentaron directamente en los 400, si bien es verdad que lo hizo en una prueba en las que el oceánico es el mejor, y el de Baltimore lo hizo sobre el de Gold Coast en los 200 libre.
El australiano participará en Melbourne con otro objetivo histórico en los 1.500: ser el primer nadador que gana cinco mundiales seguidos.
Hackett tiene los récords del mundo de 800 y 1500, con 7:38.65 y 14:34.56, respectivamente, y en la capital del estado de Victoria competirá además de en estas distancias en la de 400, en la que ganó la medalla de oro en 2005, y en las de relevos.
Si Hackett será uno de los protagonistas en las pruebas masculinas, sus compatriotas también centrarán la atención en las femeninas.
La extraordinaria cantera femenina de Australia no resiste la comparación con la de otros países. Las nadadoras australianas mantienen una histórica rivalidad con las estadounidenses y, en menor medida, con las alemanas.
Las velocistas Libby Lenton y Jodie Henry; la bracistas Leisel Jones y Jade Edmistone; y la mariposista Jessicah Schipper forman un equipo único. Entre todas tienen cinco récords del mundo.
Sin embargo es el equipo alemán el que ostenta dos de los tres récords mundiales en las pruebas de relevos femeninos. Britta Steffen, Petra Dallmann y Anikka Liebs, con Daniela Goetz, en el 4x100, y con Daniela Samulski, en el 4x200, rebajaron las mejores marcas mundiales de dos de los relevos en los Campeonatos de Europa de Budapest de 2006.
Steffen fue la única nadadora que en los continentales de la capital húngara fue capaz de hacer sombra a la francesa Laure Manaudou. La alemana estableció un mejor crono mundial en los 100 libre. Esta distancia será una de las más atractivas del calendario en el que se cruzarán Steffen, Henry, Lenton y la estadounidense Natalie Coughlin.
La francesa, por su parte, es ya uno de los símbolos del deporte de su país. Después de proclamarse campeona del mundo de 400 libre en Montreal, el verano pasado ganó cuatro medallas de oro en los continentales: 400 y 800 libre, 100 espalda y 200 estilos, y rebajó entonces el récord del mundo de los 400, que todavía ostenta.
El equipo estadounidense femenino estará encabezado por Natalie Coughlin. Además del hectómetro libre, la nadadora californiana peleará en las pruebas de espalda, sobre todo en la de 200 metros, distancia en la que tiene el récord del mundo desde 2002.
Coughlin competirá en los 50 y 100 libre, 100 espalda y mariposa, y en el relevo 4x100.